lunes, 15 de junio de 2009

Ponencia del Centro Social Libertario de Oaxaca, para el foro: Oaxaca a tres años de haber asaltado el cielo


OAXACA A TRES AÑOS DE HABER ASALTADO EL CIELO...

El momento de la anarquía diletante.

Este espacio que hoy agradecemos poder compartir, lo abrimos como una serie de reflexiones informales, que hemos basado ya no en la crítica ordinaria al sistema, sino en la critica y autocritica contra nosotr@s mismas, con la única intención de lanzar interrogantes partiendo de hechos que cambiaron en gran medida el entender de nuestros propios impulsos libertarios.
Prefacio a la rebelión

Una emisora alternativa desenvuelve sus ondas en medio de una resistencia gremial de profesores confrontados a la cerrazón del desgobierno local para abrir las mesas de negociación sobre agendas económicas y sociales, todo desde un mes antes de aquel 14 de junio en 2006.

El plantón masivo de miles de profesores se desenvuelve con las ondas de radioescuchas novatos para lo alternativo y una decisión desgubernamental para desalojarlo, pone a la gente común del lado de los profesores, después de que durante varios años, estos se estancaban en una jornada de mayo tradicionalista, en la que muchas organizaciones independientes y actores políticos y sociales podían predecir escenarios, donde comúnmente los desgobiernos en función cedían según la habilidad política de los líderes magisteriales, según la correlación de fuerzas o según los acuerdos político-económicos entre la dirigencia el gobierno y algunos líderes sociales que lograban colarse. Esta situación había ya generado un hartazgo en contra de la jornada de mayo, por parte de muchos habitantes de la Ciudad de Oaxaca.

14 de Junio autodefensa y desobediencia

Era "Radio Plantón" la que iba ayudando a abrir la posibilidad del entendimiento a los trabajadores de la educación, con
todo y su tradicional mes de mayo estrictamente gremialista. Era el 14 de junio que revirtió también el hartazgo y lo volvió a su lugar de origen, así con la misma estrepitosidad que huyen del zócalo bajo los rayos de la mañana los indefensos policías rebasados en número y sobre todo rebasados en determinación. Su despavorida retirada evitó que fuesen aplastados por ese hartazgo popular que se reflejaba, ahora en su fondo y simbólicamente, contra la imposición autoritaria de todo lo establecido.

La autodefensa contiene en esos momentos una violencia no planificada, una reacción natural como cuando un animal en acoso hace todos los intentos dignificantes por sobrevivir y que en ese instante solo encuentran lugar en la violencia. Si Oaxaca sostuvo la insistencia por derribar a un desgobernador psicópata durante los cinco meses posteriores, ello se debió en gran medida a la reacción de miles de personas desde las barricadas y desde las primeras líneas de batalla que contenían la agresión con la autodefensa dignificante inmediata, entonces nos faltó la dirección política, nos faltó el tiempo para hacer los espacios donde discutir desde los primeros círculos de convivencia, desde aquellas trincheras. La anarquía, que para nosotras fue sofocada por nuestra numerosa ingenuidad y desde adentro mismo del movimiento, por la visión tradicionalista de la genuina verticalidad de la APPO-Frente.

Cuando mencionamos anarquía hacemos demasiado complejo esto porque ello nos exige elementos teóricos que el 2006 aun no acaba de formular y que no hemos formulado junto a las almas fantasmas barricaderas en este devenir al 2009. También las radios ocupadas por el movimiento nos enlazaban más con cánones juaristas de identidad. El anarquismo que fuimos deslumbrando no fue en las palabras sino en acciones complejas y a veces sin sentido de contenidos vastos y abstractos que proyectaban una radicalidad intransigente. Antes de la revuelta algunos jóvenes, llamados "arte jaguar" maestros en la belleza del estencil, derramaron en ciertas paredes clandestinas de la cuidad la imagen de un Benito Juárez con peinado punk. Ello lo entendemos como parte de todos los gritos de una reacción no planificada en contra de lo establecido. Su osadía vulneró la tradicional identidad que los líderes plagaron en la propaganda, en lo mediático y en lo político planificado. (...)

Ni las ondas radiofónicas en rebeldía ni el arte radical ni la violencia de la anarquía son en esencia parte de lo planificado, desdeñados por la propaganda planificada, reprimidos por el monstruo mediático e ignorados por lo político, traen aun y nadie sabe como, sus chispazos indelebles. Ahí esta la glorificada forma de generar consensos cuando la ciudad ocupa todas las estaciones de radio que nunca las organizaciones de la APPO pudieron hegemonizar con criterios acostumbrados, cuando los líderes que se buscaban ansiosamente en las fotos de los diarios se sorprendían como una emisora universitaria ocupada le daba dirección política a una revuelta sorpresiva. Quedan ahí los asombrosos brotes estencileros que plagaron de códices la cuidad, tornándola en un mosaico alucinante de imágenes irreverentes, más allá del panfleto, con una carga comunicativa mucho más interesante y divertida que los clásicos discursos revolucionarios. Y quedan las confrontaciones violentas con la policía de muchas personas que fueron arrinconadas por la razón orgánica de los líderes experimentados en lucha social, que en lugar de abrirse a espacios de discusión respetuosa con los mismos, los miraban como herramientas indomables que tienen que cumplir con las formas que el objetivo inmediato exige.

Así se plago nuestra APPO-movimiento que pensamos podía enderezarse, por un sentir de acabar con esto de tajo. No hay tiempo para la vida alegre de barricada ni para interpretar una abstracción en la pared que no pide otro reconocimiento más que realizarse, tampoco hay tiempo para la discusión entre los que se han formado políticamente y entre jóvenes que arriesgan su vida aventando cohetones por el odio dirigido a quienes son responsables de tanta incomodidad cotidiana de colonia pobre en una ciudad pobre, de un estado pobre en un país pobre. Lo único que existe es el tiempo para la agitación, para la urgente estructuración orgánica, para la movilización destensada, para plantear los términos de la interlocución con el Estado, para revisar las agendas por encima de las demandas sociales. Solo hay tiempo para organizar y dirigir al pueblo dándole un rol a cada cual.

Diletantes, críticos no románticos

El diletante no es un profesional pero observa la realidad y obtiene un conocimiento de ella, del entorno que lo rodea, del medio y su experiencia de vida.

Los anarco diletantes tratábamos de entender esto junto a nuestra ingenuidad, pero lo que no quisimos entender fue la necesidad por mirar nuestros antecedentes de militancia política anarquista y no quisimos darnos el tiempo para unir la imaginación con la organicidad responsable, si asumimos que la anarquía diletante no significa "contestación política visceral". Quizá hizo falta pensar en el momento de ocupación de la ciudad como una oportunidad para la actividad y la acción organizada que nos llevará a ir entablando la creatividad colectiva con la organicidad responsable y la actividad permanente con la reflexión consecuente.

Brotan así jóvenes impulsados desde las fogatas nocturnas para defender, de las balas, el territorio, algunos miden el peligro responsablemente como las personas de las colonias más pobres, que aún así dicen que esperemos lo que sea, incluso la muerte por defender nuestro espacio vital; otros se lanzan con un aire de heroicidad riesgosa cuando se trata de jóvenes comunes atrapados en la emotividad momentánea, pero también hay quienes se lanzan con una heroicidad muy peligrosa cuando se trata de activistas contagiados por una idea de pureza contestataria que nace del prejuicio por creer que proponer la planeación consciente te hace cobarde y moderado.

Pensar en la contestación emotiva momentánea, para nosotr@s, no coincide con la rebeldía espontánea que funda las barricadas por la autodefensa, antes y más allá de las declaraciones políticas de quienes sesionaban en la APPO-frente. Más bien de lo que se trataba era de asumir un compromiso de vida frente a un enemigo identificado más en la simple conciencia de la lacerante realidad que en teorías académicas. No se trataba de un compromiso cuidadoso e inmediato del que hacían gala muchas organizaciones por el miedo a la espontaneidad de las masas o por el miedo a la experimentación de quienes ponen una barricada sin consultar a la APPO-frente porque ya no creen ni en los líderes sociales que en esos momentos ya están pactando a escondidas con el Estado. Tampoco se trataba de solo sentir un compromiso momentáneo como muchos activistas que escudándose en principios anarquistas o en criterios zapatistas (de ser individuos libres) no asumían ninguna corresponsabilidad hacia las demás personas.

Es necesario reflexionar arduamente, como ser consciente de lo que cada una como persona rechaza, para entender que el compromiso que la anarquía vital exige es la libertad individual, la autoorganización como proyecto de vida, pero sobre todo el compromiso constante de lucha individual y colectiva que pide seas absolutamente cuidadoso y responsable de lo que puedas hacer con la emoción, con la razón y sobre todo con la consciencia. Proponer tomar un espacio, hacer un centro de medios alternativos (centralizado) o lanzarse todos por una razón simbólica contra la policía en medio de una rebelión social como la del 2006, son cuestiones que muchos plantearón y que se siguen presentando irresponsablemente porque se hacen a expensas de organizaciones, líderes autoritarios o dirigentes magisteriales que responden estigmatizando a los provocadores, cerrando así el circulo vicioso de un juego a modo para que el Estado infiltre y golpee contundentemente.

La representatividad ajena

Muchos de los que no hemos construido una gran fuerza política independiente como los anarco diletantes, como los libertarios irresponsables o como muchos activistas prozapatistas, pensamos poseer una representatividad cuando nuestra visualización es que los malos son los autoritarios y los buenos somos los libertarios con nuestro pueblo. Y por otro lado muchos que tienen a cuestas una responsabilidad mayor y son parte de estructuras grandes o que deben responder a unas bases sociales están convencidos de una cultura verticalista de estado, aplastan a quienes se oponen para imponer razones, planteamientos y agendas.

Oaxaca sigue viviendo una critica realidad que se hace más preocupante desde el seno mismo de quienes se asumen como sus salvadores (lo digan o se lo callen), se digan anarquistas, zapatistas, comunistas, etc. En este espacio pensamos que la preocupación no puede ser ahora si se eleva el nivel de la consigna para que caiga toda la clase política, antes serán fundamentales una serie de análisis profundos y autocriticas en cuanto a las graves irresponsabilidades por las que hemos hundido en la desesperanza y en la desilusión a mucha gente. Ni el puritanismo “antiautoritarista”, ni el sectarismo prozapatista, ni los prejuicios otracampañeros, ni la irresponsabilidad contestataria visceral, ni el oportunismo, ni el autoritarismo permitirán que las enseñanzas de un 2006 oaxaqueño, revivan pronto el espíritu recreativo de la anarquía en la acción, en las actividades lúdicas y en las relaciones sociales equitativas y fraternales.

La rebelión no es solo contestación, es CREACION.

CENTRO SOCIAL LIBERTARIO-OAXACA. CeSoL..
13.06.09

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