viernes, 8 de octubre de 2010

Comunicado del café Emma Goldman sobre el aguilazo

A la comunidad estudiantil de la Facultad de Derecho:

A los colectivos e individuos libertarios:

Ante los hechos ocurridos en la facultad de derecho (la destrucción del monumento denominado “el águila”) nos vemos obligadxs a pronunciarnos, ya que ha causado mucho revuelo en la facultad, y desde sitios como la página “Defendamos la UNAM”, se están emitiendo acusaciones falsas y sin argumento alguno hacia espacios que nada tienen que ver con el asunto. Personas que se jactan de ser muy conscientes y de reprobar actos vandálicos, proponen “linchamientos” o barbaridades peores.

¿Contra quién? Contra el mejor postor…contra quien piensa diferente, en este caso. Pareciera que lo importante es tener un culpable, y en su defecto, inventarlo (como de por sí sucede en los juicios jurídicos del país) además de aplicarle “un castigo ejemplar”, con tal de saciar la mórbida venganza causada por la impotencia de no resolver la situación.

Estamos indignadxs ante la vil destrucción sin sentido del águila, pero al mismo tiempo, estamos más indignadxs ante los asesinatos en San Juan Copala, Oaxaca, perpetrados por paramilitares, ante los 30 mil muertes en la “guerra contra el narcotráfico”, ante las muertes de lxs niñxs quemadxs en la guardería ABC en Sonora, y ante la total impunidad de estos y otros crímenes, como la matanza del 2 de octubre del 1968.
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Lxs invitamos a reflexionar ante los hechos: Las autoridades de la facultad o incluso la UNAM ¿Se han pronunciado ante los hechos? ¿El costosísimo sistema “inteligente” de cámaras instaladas en la facultad no tiene registro de los hechos? ¿El honorable cuerpo de seguridad auxilio UNAM tiene reporte de ello? ¿No será, acaso, que la autoridad solapa a los actores del hecho?

Nadie en su sano juicio, para manifestarse en contra de la matanza del 2 de octubre del 68, atacaría el águila. Simplemente no tiene sentido ¿Qué tiene que ver el águila con los crímenes del Estado de aquel entonces y de hoy?

Asimismo, pensamos que para tirar el águila, fue necesaria maquinaria pesada, o una gran cantidad de personas, y es imposible que hayan pasado inadvertidas para las cámaras de videovigilancia y auxilio UNAM.

Como hemos aprendido con Sherlock Holmes, frente a un crimen, siempre hay que preguntarse a quién le beneficia. Y en este caso pensamos que puede servir para desprestigiar a los espacios y personas organizadas que realizan diversos trabajos alternativos y autogestivos dentro de la facultad. Recordamos que la criminalización de estos espacios es muy común entre los interese de las autoridades de la UNAM o de la ultraderecha.

Cabe aclarar que, desde sus orígenes, el café Emma Goldman ha venido desarrollando un trabajo colectivo, basado en la autonomía y la autogestión, en donde compañerxs solidarixs ponemos nuestro esfuerzo día a día en construir una forma de organización distinta, siempre interesadxs en poner en debate distintos temas de la crítica jurídica y político-sociales que aquejan nuestra realidad, ya sea por medio de proyecciones, charlas y exposiciones, entre otras actividades que se llevan a cabo, como talleres de huertos verticales, magia, etc., además de difundir las ideas ácratas, mediante material impreso, libros, audios. Este espacio siempre ha procurado invitar a todas las personas, estudiantes, en este caso, que deseen incorporase al trabajo y a asistir a los eventos y talleres, en este sentido todo nuestro trabajo es público.

Para terminar, llamamos a la reflexión de lo siguiente:

Aunque es muy respetable la indignación, rabia e impotencia que generó en muchxs estudiantes este hecho, porque se flagelo al alma mater, se perjudicó al patrimonio de la humanidad etc.; parece que hemos olvidado que hace algunos años se flagelo con más violencia a la universidad, al ser en su totalidad quemados dos espacios estudiantiles (D-201, D-301), actos verdaderamente vandálicos que pasaron al olvido. Pero esto aún sigue siendo menor (pues lo material por más simbólico que sea se puede restaurar); lo que verdaderamente es indignante es que se condene a un campesino a 100 años de prisión por defender sus tierras, por ejemplo; o que miles de mujeres sigan siendo asesinadas en Ciudad Juárez, el Edo. de México y en el mundo, y ni por error exista culpable …. Sólo por mencionar algunos casos.

Nos parece sensato que, como estudiantes que decimos estar comprometidos con la justicia social, seamos lo suficientemente congruentes como para indignarnos ante la represión, el despojo, la explotación o la masacre hacia un pueblo, de la misma manera en la que nos indignamos ante la destrucción de un monumento.

Saluda y anarquía

Cafetería El Balcón de Emma Goldman

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